miércoles, 29 de junio de 2011

Una historia judia


Una historia judia presenta de forma distinta la diversidad de las respuestas, de las cuales depende el orden de la ley.-

Habia un santo que se llamaba Hillel, reputado por su dulzura y modestia.-

Un idólatra, que queria convertirse al judaísmo, fue a ver a otro santo llamado Shamai y le preguntó:

- Cuantas clases de leyes tenéis?

- Dos -contestó Shamai- La Ley escrita y la ley oral.-

- Acepto la ley escrita -dijo el hombre- pero me es imposible someterme a la ley oral.- La rechazo.-

- Entonces fuera de aqui ! - gritó Shamai muy irritado.-

El idólatra, rechazado, fue a ver a Hillel y le dijo lo mismo:

- Acepto la enseñanza de la ley escrita, pero rechazo la ley oral.-

- Muy bien- dijo Hillel - no hay problema.-

Y empezó su enseñanza.- El primer día, enseñó al idólatra los mandamientos elementales de la ley escrita.-

Al día siguiente volvió a empezar, pero en un orden diferente.-

Al neófito aquello le sorprendió.-

- Pero . . . si ayer me enseñaste de otra manera . . .!!!

- Y confiaste en mi ayer?

- Naturalmente.-

- Y no fue eso confiar - le dijo entonces Hillel- en la ley oral?

No hay comentarios:

Publicar un comentario