martes, 5 de junio de 2012

La armonía de la música



 
«Que la armonía del canto y de la música, que no experimenta barreras sociales y religiosas, represente una constante invitación para los creyentes y para todas las personas de buena voluntad a buscar juntos el lenguaje universal del amor que hace que los hombres sean capaces de construir un mundo de justicia y de solidaridad, de esperanza y de paz», deseó al final emocionado el Papa.

La orquesta dirigida por Christian Thielman, ofreció siete piezas de música sacra, además de un último homenaje. Intervinieron dos coros, el Regensburger Domspatzen (Pequeños Cantores de Ratisbona) y el Athestis Chorus, el más antiguo del mundo.

Seis mil personas estuvieron presentes en el concierto que tuvo lugar en el Aula Pablo VI del Vaticano, entre los que se encontraban los obispos que participan en el Sínodo sobre la Eucaristía.

Entre el público se encontraba uno de los autores de las piezas interpretadas, monseñor Georg Ratzinger, el hermano del Papa, sacerdote de 81 años, quien durante lustros fue director del Regensburger Domspatzen.

La segunda pieza interpretada, el «Sanctus» de la Misa de Año Santo, es obra suya. Los otros autores eran clásicos: Palestrina, Mendelssonhn, Mozart, Wagner y Verdi.

«Nos habéis hecho experimentar algo de la grandeza de la creatividad musical que, en definitiva, siempre ha estado alimentada por las raíces cristianas de Europa», reconoció al final Benedicto XVI.

«También en este concierto, una vez más, hemos podido experimentar cómo una música de alto nivel nos purifica y nos eleva, en definitiva, nos hace sentir la grandeza y la belleza de Dios», añadió hablando en alemán e italiano.

Autor: Zenit.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario