martes, 25 de marzo de 2014

Cómo se llaman y qué significan las vestiduras papales









Se llama Raniero Mancinelli y confecciona sotanas para los papas desde el Concilio Vaticano II. Entre sus clientes estaban Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y ahora también Francisco.

Desde su tienda familiar, situada en el barrio romano del Borgo, Raniero explica los detalles de la vestimenta del Papa Francisco paso a paso. 

RANIERO MANCINELLI 
Sastre eclesiástico
"La casulla es una vestidura que se utiliza durante la celebración de la Santa Misa. Ha sido redimensionada, por voluntad del Papa Francisco, que deseaba las cosas un poco más sencillas, más sobrias, menos costosas”.

Raniero pudo entregarle en mano a Francisco el solideo, el cual ha intercambiado en más de una ocasión durante la Audiencia General. 

RANIERO MANCINELLI 
Sastre eclesiástico
"El solideo es un casquete pequeño. El de los obispos es morado, rojo el de los cardenales y blanco el que usa el Papa”.

Desde su elección, Francisco marcó su propio estilo apareciendo por primera vez como Papa sin la capa roja de terciopelo que se llama "muceta”. La estola y la mitra las usa sólo en ocasiones solemnes.

RANIERO MANCINELLI 
Sastre eclesiástico
"La estola es el símbolo del sacerdote, y se usa durante la Misa o la confesión. El color depende del periodo litúrgico: verde, rojo blanco o morado. La mitra se lleva también en la cabeza. Antes eran muy elaboradas, ahora son más sencillas porque es como la quiere Francisco. El palio es la tira blanca de lana con cruces negras que el Papa entrega a los arzobispos metropolitanos el día de San Pedro”.

Francisco ha optado por un anillo y por una cruz pectoral de plata que precisamente salió de esta tienda.

RANIERO MANCINELLI 
Sastre eclesiástico
"El anillo del pescador tiene un significado muy preciso que es el de recoger todas las almas que haya en el mundo. La cruz, afortunadamente la vendí yo también, pero no a Francisco, sino a uno que se la regaló a Jorge Bergoglio cuando le nombraron obispo en el 92”.

El carácter sencillo y la personalidad del Papa se reflejan en su sacristía. Francisco ha imprimido su estilo por supuesto también a las ceremonias religiosas.


Autor: Palio Noticias

miércoles, 5 de marzo de 2014

Quadragesima





1. En los idiomas romances, el término para designar este tiempo de preparación a la Pascua deriva del latín “quadragesima”. Por ejemplo, en español es “Cuaresma”, en portugués “Quaresma”, en francés “Carême” y en italiano “Quaresima”.

En los idiomas de origen germánico, incluido el inglés (Lent) el nombre dado a la Cuaresma deriva del término anglosajón "Lencten," que significa "primavera".

El sacerdote australiano del Opus Dei John Flader, en su libro "Question Time: 140 Questions and Answer on the Catholic Faith" (Tiempo de preguntas: 140 preguntas sobre la fe católica) escribe que el término “Cuaresma” se refiere a la estación en que el Hemisferio Norte se prepara para la Pascua, y que tiene lugar en primavera.

Aunque esto no corresponde en el Hemisferio Sour, donde vive este sacerdote australiano, éste observa que “este sigue siendo sin embargo un término apropiado, pues si la Cuaresma se vive bien, representa una verdadera primavera, un nuevo crecimiento en la vida espiritual".

"San Agustín", añade, "escribió que el tiempo de la Cuaresma simboliza esta presente vida en la tierra, con sus adversidades y tribulaciones, y que el tiempo de la Pascua simboliza el gozo de la vida futura".

La observancia de un periodo de oración, ayuno y limosna en preparación para la Pascua se remonta a los tiempos de los apóstoles, aunque durante los primeros siglos se limitaba sólo a unos pocos días.

2. El padre Flader observa que san León Magno (reinó entre el 440 y el 461) decía sobre la Cuaresma que “había sido instituida por los Apóstoles”, y que la Tradición sostiene que “siempre se ha vivido con una mayor atención a la vida de oración, ayuno y limosna”.

"En los primeros tres siglos, el tiempo de ayuno se limitaba a uno o dos días, o una semana como mucho”, observa el sacerdote. "La primera mención a cuarenta días fue en el Concilio Ecuménico de Nicea (325), pero hacia el final del siglo IV la costumbre se había extendido ampliamente tanto en Oriente como en Occidente".

Respecto a la fijación del número de días de Cuaresma a 40, el sacerdote explica que se refiere a los “cuarenta días de ayuno u oración que Cristo pasó antes del comienzo de su vida pública".

La forma en que las Iglesias de Oriente y las Iglesias de Occidente contaban los días de la Cuaresma eran diferentes, pues en Oriente los fieles estaban eximidos de ayunar los sábados y los domingos. Además, la Cuaresma duraba un total de siete semanas.

En Occidente, en cambio, sólo los domingos estaban exentos, y la Cuaresma sólo duraba seis semanas. Sin embargo, así los días de ayuno sumaban sólo 36, y no 40. “Fue en el siglo VII”, explica el padre Flader, “cuando la Cuaresma comenzó a iniciarse cuatro días antes, con el Miércoles de Ceniza, de manera que había 40 días de ayuno, como es en la actualidad”.

“Los domingos no se incluyen en los 40 días”, aclara.

La Iglesia siempre ha mantenido la tradición de ayunar y hacer abstinencia durante la Cuaresma, pero las normas han evolucionado a lo largo de los siglos.

3. Según la investigación del padre Flader, las reglas del ayuno se hicieron muy estrictas en el siglo V: “Sólo se permitía una comida, hacia la tarde-noche. La carne no se permitía, ni siquiera los domingos. Las carne y el pescado, y en muchos lugares los huevos y los productos lácteos estaban absolutamente prohibidos".

Observa que en las Iglesias orientales se siguen aún reglas similares: "no se pueden comer vertebrados o productos de vertebrados, es decir, ni carne, ni pescado, ni huevos, ni queso, ni leche”.

En Occidente, sin embargo, las normas han cambiado. Al principio, se permitía un tentempié, y después se aceptó que se comiera pescado, y finalmente se aceptó la abstinencia de carne sólo el Miércoles de Ceniza y los viernes. Además, las reglas sobre los productos lácteos también se han relajado.

Actualmente, los católicos están obligados a ayunar el Miércoles de Ceniza y el Viernes Santo, y a abstenerse de carne esos días y todos los viernes de Cuaresma. El ayuno, como lo definen los obispos de Estados Unidos, consiste en comer una comida completa y dos tentempiés.

Esta pregunta y respuesta está basada en la pregunta 143 del libro "Question Time: 140 Questions and Answer on the Catholic Faith" del padre John Flader, sacerdote del Opus Dei y anterior director del  Catholic Adult Education Centre en Sydney, Australia.
 
sources: Aleteia

martes, 4 de marzo de 2014

¿El próximo Miércoles de Ceniza, vas a acercarte a recibirla? ¿por qué?






• ¿El próximo Miércoles de Ceniza, vas a acercarte a recibirla? ¿por qué?


1. Para iniciar el diálogo

(Este momento es muy importante y conviene que se le dé la duración necesaria, ya que en él salen a relucir las inquietudes de cada miembro de la familia).

·      ¿El próximo Miércoles de Ceniza, vas a acercarte a recibirla? ¿por qué?
·      Para ti, ¿qué significa la ceniza?
·      ¿Y qué pasa si no la recibes?



2. Dios dialoga con nosotros

(En este momento estamos atentos a lo que Dios nos dice; es conveniente guardar un momento de silencio después de leer el texto, para meditar). Lectura del Libro del Génesis (3, 17.19): Al hombre le dijo (Dios): “Por haber escuchado la voz de tu mujer y comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por tu causa: con fatiga sacarás de él alimento todos los días de tu vida. Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás”. 



3. Para reflexionar juntos

¿Cuál es el origen de la costumbre de imponer ceniza sobre nuestras cabezas al inicio de la Cuaresma? Es una costumbre muy antigua que se originó ligada al Sacramento de la Reconciliación. Hasta antes del s. VII, cuando un pecador deseaba recibir la absolución de sus pecados, se acercaba al sacerdote quien lo escuchaba en privado y después lo recibía, junto con otros penitentes, en la Iglesia en donde en una ceremonia especial, al inicio de la Cuaresma, le imponía un vestido llamado silicio, hecho con pelos de cabra y que debió haber sido muy rasposo, y después de derramar ceniza sobre su cabeza, lo aceptaba a un grupo u orden de los penitentes que durante cuarenta días ayunaban, hacían servicios a la comunidad, daban limosna a los pobres y oraban intensamente para hacer penitencia por sus pecados. Toda la comunidad oraba por ellos y, por fin, el Jueves Santo, eran reconciliados y reinsertados en la comunidad. Todavía vemos restos de esta costumbre en España y en algunos países de herencia hispánica con los grupos de penitentes que participan encapuchados en las ceremonias de la Semana Santa.

Cuando el Sacramento de la Reconciliación dejó de celebrarse en forma comunitaria y se hizo más frecuente, entonces la ceremonia de la ceniza se generalizó para todos los fieles, reconociéndonos así como una Iglesia necesitada del perdón de Dios.





¿Qué significa la ceniza?

En el Antiguo Testamento vemos cómo el imponer ceniza sobre la cabeza tenía un significado de arrepentimiento por las faltas cometidas y de dolor y vergüenza. Esta costumbre fue tomada por los católicos para significar precisamente esos mismos sentimientos.

El que toma ceniza se confiesa públicamente como pecador. Manifiesta que está arrepentido. Da testimonio de su vergüenza y de su dolor por haber ofendido a Dios y a los hijos de Dios. Le pide a la comunidad y a todos los que ven la ceniza sobre su cabeza que oren por él para que se arrepienta. Se compromete a un cambio de vida con la ayuda de Dios. Se dispone a vivir un tiempo especial de penitencia mediante el ayuno, las obras de caridad y la oración. Manifiesta que está dispuesto a recibir el Sacramento de la Reconciliación durante la Cuaresma, para poder vivir la Pascua como hijo de Dios.




¿Tenemos obligación de confesarnos?

La Iglesia sigue teniendo un mandamiento para aquellos que somos católicos: “Confesarse por lo menos una vez al año, por la Cuaresma”.

Se nos pide a los sacerdotes que facilitemos este sacramento a los fieles e, incluso, en esta Arquidiócesis, el Arzobispo nos autoriza a todos los sacerdotes a perdonar algunas censuras de excomunión que ordinariamente están reservadas a él o algunos sacerdotes designados por él; como, por ejemplo, perdonar a los que cayeron en excomunión por haber participado en un aborto.



4. Compromiso familiar

Como familia podemos comprometernos a asistir juntos a la imposición de la ceniza, procurando participar en la ceremonia completa y no sólo hacer cola para recibirla e irnos cuanto antes.

Una vez que recibamos la ceniza, comprometernos a vivir nuestra Cuaresma en un espíritu de penitencia, poniéndonos de acuerdo en cómo vamos a cumplir con lo que nos manda la Iglesia sobre el ayuno, la abstinencia, las obras de caridad y la oración.

Podemos comprometernos a acudir como familia a recibir el Sacramento de la Reconciliación.

Autor: P. Sergio Román. Copyright © 2014 SIAME - Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México

sábado, 1 de marzo de 2014

La vida no vale más que el alimento






Si verdaderamente colocamos en primer lugar las realidades espirituales, no tenemos que preocuparnos de los bienes materiales, porque Dios, en su bondad, nos los proporcionará en abundancia. Si, por el contrario, únicamente velamos por nuestros intereses materiales sin ocuparnos de nuestra vida espiritual, la preocupación constante de las cosas terrestres nos conducirá a descuidar nuestra alma… Por tanto no invirtamos el orden de las cosas. Conociendo la bondad de nuestro Señor, confiaremos totalmente en Él y no nos dejaremos agobiar por las preocupaciones de esta vida… "Vuestro Padre del cielo sabe lo que os hace falta antes de que se lo pidáis necesitáis" (Mt 6,8- 32).



Jesús quiere pues que estemos libres de toda preocupación de este mundo y que nos dediquemos totalmente a las obras espirituales. "Buscad pues, nos dice, los bienes espirituales y yo mismo proveeré ampliamente todas vuestras necesidades materiales… Mirad las aves del cielo, no siembran ni cosechan, no tienen reservas en sus graneros, y vuestro Padre del cielo los alimenta". Es decir: " Si cuidado de las aves que no están dotadas de razón y les proporciono todo lo que necesitan, sin sembrar ni labrar, mucho más velaré por vosotros, que estáis dotados de razón, con tal que antepongáis lo espiritual a lo corporal. ¿Y ya que los creé para vosotros, así como todos los demás seres, y los trato con tanto cuidado, de qué cuidado y solicitud no seréis dignos vosotros, para los que he creado todo esto?"

Autor: San Juan Crisóstomo (c. 345-407), sacerdote en Antioquía después obispo de Constantinopla, doctor de la Iglesia. Catequesis bautismales, n°8, 19-25 ; SC 50